Hace apenas un lustro, la idea de comprar un coche nuevo a un precio accesible era una realidad para un segmento significativo de la población española. Había una oferta variada de modelos de entrada, compactos y urbanos, que se ajustaban a presupuestos más modestos. Sin embargo, en un giro notable del mercado automotriz de los últimos cinco años, hemos sido testigos de la desaparición gradual del coche «barato». Este fenómeno no es casual; responde a una serie de estrategias de los fabricantes y presiones del mercado que están redefiniendo el panorama de la movilidad, empujando a muchos consumidores a buscar coches de segunda mano a buen precio.
La Estrategia del Valor Añadido: Menos «Low Cost», Más Margen
Una de las principales razones detrás de la desaparición de los modelos de acceso es una decisión estratégica de los fabricantes. Ante los crecientes costes de producción (materias primas, energía, transporte) y la necesidad de invertir masivamente en nuevas tecnologías (electrificación, conectividad, sistemas de asistencia a la conducción), las marcas han optado por priorizar la rentabilidad sobre el volumen en segmentos de bajo margen.
Esto significa que:
- Enfoque en Segmentos Superiores: Se ha reducido la producción de vehículos pequeños y básicos para concentrarse en SUV, crossovers y modelos con mayores equipamientos y, por ende, precios más elevados, donde los márgenes de beneficio son superiores.
- Equipamiento «De Serie» Más Completo: Lo que antes eran extras, ahora se incluyen de serie (pantallas táctiles grandes, asistentes de seguridad, sistemas de infoentretenimiento avanzados), elevando el precio base del vehículo. Si bien esto mejora la seguridad y la comodidad, también encarece la oferta.
- Margen por Unidad, No por Cantidad: La nueva filosofía es vender menos unidades, pero obtener un mayor beneficio por cada una. Esto implica que el coche «barato» ya no es una prioridad en sus líneas de producción y desarrollo.
El resultado es un parque automovilístico nuevo cada vez más sofisticado y, por consiguiente, más caro. Los consumidores que antes encontraban opciones por debajo de los 15.000 euros se enfrentan ahora a precios que superan los 20.000 o incluso los 25.000 euros para modelos de segmentos equivalentes, haciendo que los coches de segunda mano a buen precio sean una alternativa cada vez más atractiva y necesaria.
La Presión Regulatoria y Tecnológica: Un Coste Implícito
Más allá de las decisiones empresariales, las estrictas normativas ambientales y los avances tecnológicos también han jugado un papel crucial en este adiós al coche asequible. Las exigencias de emisiones cada vez más bajas (Euro 6, la próxima Euro 7) y la necesidad de integrar tecnologías avanzadas para la seguridad (ADAS) y la conectividad, conllevan importantes inversiones en I+D y en el proceso de fabricación.
Estos costes adicionales se trasladan, inevitablemente, al precio final del vehículo. Desarrollar motores más eficientes, sistemas híbridos o plataformas eléctricas, así como cumplir con los requisitos de seguridad activa y pasiva, no es barato. Los fabricantes no pueden absorber estas inversiones sin repercutirlas al consumidor, lo que eleva el umbral de entrada al mercado de vehículos nuevos.
En este panorama, el consumidor español se encuentra en una encrucijada. El coche nuevo, especialmente el de entrada, está cada vez más lejos de ser una opción accesible para muchos bolsillos. Esto ha impulsado la demanda y, consecuentemente, los precios de los coches de segunda mano a buen precio, que se han convertido en la principal vía para acceder a la movilidad privada para una gran parte de la población. La era del coche «barato» nuevo parece haber llegado a su fin, dando paso a un mercado donde la búsqueda de alternativas asequibles es la nueva norma.